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miércoles, 1 de febrero de 2012

Porque no esta bien casarse con personas no creyente



Porque no esta bien casarse con personas no creyente

Introducción:
Quiero hablarle de un tema poco común en esto tiempo. Poco común porque nos estamos haciendo demasiado tolerantes; tolerancia que esta provocando que muchos de nuestros jóvenes caigan en las manos de los hijos de  Satanás sin que nadie le advierta lo que puedes ocurrirles.
El apóstol Pablo dice de manera contundente “no formen yunta con los incrédulos,” la palabra yunta viene de yugo, en hebreos tsemed que también significa pareja; en griego generalmente se usa la palabra zugós.
Esto era una aparato que aprisionaba el cuello de los cautivos y al que se ataban también las manos; asimismo, un trozo de madera convenientemente moldeado que se colocaba sobre el cuello de las bestias de cargas para transportar objetos pesados. La clase de yugo que se usaba por lo general era un trozo derecho de madera con hendeduras en los extremos (Levíticos 26:13; Ezequiel 34:27), por donde se pasaban cuerdas para asegurarlo al cuello del animal (Jeremías 2:20). El yugo era un símbolo de esclavitud (génesis 27:40; Levíticos 26:13, Deuteronomio 28:48). A jeremías se instruyo para que usara un yugo con el fin de anunciar el inminente cautiverio de Judá (Jeremías 27:1-7). Jesús invito a sus seguidores a que aceptaran su “yugo”, que es “fácil” (Mateo 11:29). Pablo también comparó el legalismo en el que estaban cayendo los gálatas con un “yugo de esclavitud” (Gálatas 5:1). Y amonestó los cristianos para que no se unieran en “yugo desigual” con los incrédulos en la cita que hemos leídos.

Los hijos de Dios conviviendo con los incrédulos

En el libro de Génesis capitulo 6:1-2 dice: Cuando los seres humanos
Comenzaron a multiplicarse sobre la tierra y tuvieron hijas,
Los hijos de Dios vieron que las hijas de los seres humanos eran hermosas.  Entonces tomaron como mujeres a todas las que desearon.

Muchos teólogos opinan que los hijos de Dios en esta escena bíblica se trata de ángeles que dejaron su propia morada celestial para vivir con las hijas de los hombres; otros opinan, (yo acepto su opinión como mas válida porque no hay ningún fundamento para afirmar que los ángeles tengan sexo, y lo digo por lo dicho por el propio Señor Jesucristo que dice en el libro de marcos capitulo 12 versículo 25 lo siguiente: “cuando resuciten los muertos no serán dado en casamiento, sino que serán como los ángeles que están en los cielos”), que estos hijos de Dios, fueron de los primeros descendientes de la familia de Set, quienes eran por profesión temerosos del Dios verdadero; las segundas son de la familia de Caín el apóstata.
Set era el tercer hijo de Adán y Eva, el sustituto de Abel, el que llevaría la señal de la promesa de Dios la cual dice que la simiente de la mujer pisaría la cabeza a la serpiente. Mientras que las hijas de los hombres, eran los descendientes de Caín, que eran totalmente enemigos de Dios por cuanto sus obras eran carnales.
Este casamientos mixtos, entre personas de principios y prácticas opuestos eran necesariamente fuentes de gran corrupción. Las mujeres, siendo irreligiosas, como esposas y madres ejercerían una influencia fatal a la existencia de la religión en sus casas, y por consiguiente la gente de aquella época posterior se hundió hasta la más abyecta depravación.
La influencia ejercida por una mujer no temerosa del Dios vivo, primero ante su esposo y luego con sus hijos provocaría una descomposición, primero en el hogar y luego en toda la sociedad que llegaría a la mas grande ruina de todo el género humano y, efectivamente eso ocurrió, porque no tarde Dios através de su siervo Noe mando a construir un enorme barco que seria el lugar de escape para todo aquel que creyera en la palabra del Dios vivo que en esta ocasión venia a través de la boca del propio Noe. Solo que nadie creyó en la palabra del siervo de Dios, pues solo él y su familia creyeron y fueron salvo.

La soledad no es agradable.
Toda persona busca la felicidad en su vida y este deseo le conduce a acercarse a otros. Se buscan amistades para no vivir solitario. Dijo Dios a Adán: No es bueno que el hombre este solo; le haré ayuda idónea para él. Génesis 2:18, y por esto instituyó el yugo matrimonial para la felicidad y el bienestar del hombre.

En Eclesiastés leemos: 4.9, Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo.
En el capitulo 4.10 leemos también: Si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero ¡ay del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante.
En el  4.11 dice: También si dos durmieren juntos, se calentarán mutuamente; mas ¿cómo se calentará uno solo? Y en el  4.12 dice de manera siguiente: Si alguno prevaleciere contra uno, dos le resistirán; y cordón de tres dobleces no se rompe pronto.

El versículo 9 demuestra la ventaja del yugo del servicio. Se logra más trabajando juntos que solos.
El versículo 10 revela la bendición del buen compañerismo. Bajo el yugo de la amistad nos ayudamos mutuamente.
El versículo 11 nos hace pensar en el yugo matrimonial que protege de la frialdad espiritual.
 El versículo 12 ilustra el yugo de la asamblea, donde en comunión nos hacemos más fuertes contra los ataques del enemigo.
Si la Biblia enseña la ventaja de la unión de personas, ¿qué  significa el yugo desigual?
Sabemos que Dios busca nuestro bienestar y no nuestro mal. Por consiguiente, cuando  hace una prohibición, sabemos que es para nuestro bien. Sus mandamientos no son gravosos dice 1 Juan 5.3. Así que cuando dice, “No os unáis en yugo desigual con los incrédulos”, sabemos que es una prohibición para librarnos de problemas, tristezas y lamentos. Por supuesto, el diablo siempre engaña, enseñando cierta felicidad o ventaja en el yugo desigual. 
Pero todo beneficio aparente es pasajero y trae su tragedia. Aun cuando Dios saque algún bien de nuestro mal, como en el caso de la conversión del incrédulo con quien uno se ha unido, siempre habrá la pérdida eterna por haber hecho el mal.
 “Es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo”, 2 Corintios 5.10. La salvación del cónyuge no libra a la otra parte de la pérdida parcial de su galardón, ni remedia el mal ejemplo que ha dado a otros.

Es necesario, pues, considerar a fondo el yugo desigual. La figura se toma del campo donde el yugo es un palo labrado que descansa sobre el pescuezo de dos animales. Lleva ganchos de madera o de hierro para unir los dos bajo el yugo. A veces varias yuntas de animales (bueyes, por ejemplo) están unidas, pero el propósito siempre es de unir varios para compartir el trabajo. Es beneficioso, porque dos son mejores que uno.
En la ley de Moisés, Dios presentó una ilustración espiritual cuando dijo, “No ararás con buey y con asno juntamente”, Deuteronomio 22.10. Aquello sería un yugo desigual. Dos bueyes van parejos. El buey es un animal limpio en cuanto a su ilustración bíblica, pero el asno, es un animal  inmundo. Los dos se distinguen en su andar; el buey, con pezuña hendida, deja una huella de un solo caso, Deuteronomio 14.4 al 8. Era bueno unir dos bueyes en yugo para arar. No era prohibido unir dos asnos, pero unir asno con buey sí era prohibido.

Es figura de la unión del creyente con el incrédulo, que es desagradable a Dios. ¿Pueden dos andar juntos si no están de acuerdo? Amós 3.3
Este yugo desigual no se limita al matrimonio. Se incluyen muchas otras uniones en la vida del creyente, que vamos a considerar a continuación.

El yugo del compañerismo.
¿Qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia?  2 Corintios 6.14.
El que es creyente en Cristo tiene que vivir con quienes no son, trabajar con ellos y comerciar con ellos. De otro modo, tendría que salir del mundo, al decir de 1 Corintios 5.9, 10.
Entonces tenemos que distinguir en la Biblia entre la separación  del mundo que el creyente debe mantener y el contacto con el mundo que es inevitable.

 “Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado”, Salmo 1:1.

“Las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres”,
1 Corintios 15:33.

Ahora, notemos que Jesús vivió “apartado de los pecadores”, hebreos 7:26, pero a la vez leemos que “muchos publicanos y pecadores… se sentaron juntamente a la mesa con Jesús”, Mateo 9:10. De tal modo que los fariseos preguntaron por qué el Maestro comía con los tales.

Esto nos ayuda a distinguir. Él se sentó con los pecadores para hablarles de las cosas de Dios, pero no para compartir con ellos en sus vanidades ni andar en sus consejos. 
Esto nos enseña que debemos manifestar cariño y amor a los pecadores, para ganarles con la Palabra de Dios. Conviene visitarles en sus casas para hacerles bien, demostrarles la benevolencia y ayudarles en sus necesidades. Debemos confortarles en sus tristezas pero no sentarnos con ellos para charlar de sus maldades ni hablar de sus vanidades. No debemos  tener amistad íntima para andar con ellos en su mundanalidad. Esto sería un yugo desigual. No debemos compartir con ellos en sus fiestas, etcétera.
Los que siempre están de paseo con los amigos inconversos, pronto se contaminan. Estamos en el mundo, pero no somos del mundo, Juan 15:19.
La Biblia trata al creyente como miembro de la Iglesia que es la novia de Cristo. Las bodas del Cordero no se han efectuado todavía. Como la novia comprometida tenía que guardar su virginidad, Deuteronomio 22:23-24, asimismo la Iglesia. “Os he desposado con un solo esposo, para presentaros como una virgen a Cristo”, 2 Corintios 11:2. De modo que cualquiera infidelidad espiritual de amistarnos con los mundanos se trata como una contradicción de este compromiso. “¡OH almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios?” Santiago 4:4.

Debemos evitar, pues, la intimidad de compartir con los impíos su vida mundana. Esto no impide que un creyente en Cristo acepte una invitación a comer en una casa de personas que no son salvas, 1 Corintios 10:27 al 29, siempre y cuando esté dispuesto a  dar testimonio de Cristo y no compartir con ellos en sus licores, baile, juegos y demás costumbres de quienes no son salvos.

La Biblia nos da ejemplo del mal de este yugo. La doctrina de Balaam, condenada en Apocalipsis 2:14, se refiere a Números 31:16: “He aquí, por consejo de Balaam ellas (las incrédulas) fuera causa de que los hijos de Israel prevaricasen contra Jehová”. Como resultado de esta amistad, “el pueblo empezó a fornicar con las hijas de Moab, las cuales invitaban al pueblo a los sacrificios de sus dioses”, Números 25:1-2. Había este mismo mal en la iglesia de Pérgamo, Apocalipsis 2:14.

El yugo matrimonial.
¿Qué concordia Cristo con Belial?  2 Corintios 6:15.
En el matrimonio se prosigue la concordia y armonía. Este el secreto de la felicidad y se hace posible donde hay igualdad de naturaleza espiritual. Dios sabe que no se puede perfeccionar el gozo en un yugo desigual, y por consiguiente nos manda a no unirnos con los infieles. Otros yugos se pueden romper, pero éste es de por vida. El matrimonio, pues, es de suma importancia y nadie debe entrar ligeramente en este compromiso.
Dios nos da muchos ejemplos bíblicos para hacer hincapié en la seriedad del asunto.
Dijo Abraham a su mayordomo: “No tomarás para mi hijo (Isaac) mujer de las hijas de los cananeos”, Génesis 24:2-3. Los cananeos eran incrédulos e impíos. Cuando posteriormente Esaú se casó con dos cananeas, “fueron amargura de espíritu a Isaac y Rebeca”. Luego dijo Isaac a  su hijo: “No tomarás mujer de las hijas de Canaán… y Jacob obedeció a su padre y a su madre”, Génesis 28:6-7.
Se demuestra la convicción de parte de los fieles de que el yugo desigual no agradaba a Dios. ¡Ojalá que todos los padres fuesen fieles como aquellos patriarcas, y todos los hijos obedientes a los consejos sabios, como Jacob fue en lo relatado! 
Después de la redención de Egipto, Dios habló muy claramente a la congregación de Israel:
“Guárdate de hacer alianza con los moradores de la tierra donde  has de entrar, para que no sean tropezadero en medio de ti”, Éxodo 34:12. Él sabía que la amistad conduciría al matrimonio.

En Deuteronomio 7:1 al 4 leemos: “Cuando Jehová tu Dios… haya echado delante de ti muchas naciones, no emparentarás con ellas; no darás tu hija a su hijo, no tomarás a su hija para tu hijo. Porque desviará a tu hijo en pos de mí y servirán a dioses ajenos”. Dios conocía la tendencia del creyente de ceder a los gustos del impío en su yugo desigual.

Sansón es uno de los ejemplos más destacados de la tristeza del yugo desigual. Fue escogido por Dios para servirle con poder, pero terminó en fracaso: “Descendió Sansón a Timnat, y vio en Timnat a una mujer de las hijas de los filisteos… y su padre y su madre le dijeron: ¿No hay mujer entre las hijas de tus hermanos, ni en todo nuestro pueblo, para que vayas a tomar mujer de los filisteos incircuncisos? Y Sansón respondió: Tómame esta  mujer, porque ella me agrada”, Jueces 14:1 al 3.   
Sansón no pensó en agradar a Dios, sino a sí mismo. El resultado fue triste. No había armonía, sino intriga, y el matrimonio no duró más de una semana. Él habló de su esposa como “mi novilla”. En realidad él había sido escogido por Dios como novillo para servirle, pero la que escogió era inmunda como asna en sentido figurativo. Era un yugo desigual.
Sansón no aprendió. Después se enamoró de una mujer llamada Dalila, que también era filistea. Este segundo yugo le llevó al fracaso. Su sueño en el regazo de Dalila indica que estaba también dormido espiritualmente. “El no sabía que Jehová ya se había apartado  de él”,
Jueces 16:20. Como resultado, perdió la vista y quedó ciego hasta la muerte.

Otro personaje que se destaca por su desobediencia es Salomón. “El rey Salomón amó… a muchas mujeres extranjeras… gente de las cuales Jehová había dicho a los hijos de Israel: No os llegaréis a ellas, ni ellas se llegarán a vosotros, porque ciertamente harán inclinar vuestros corazones tras sus dioses. A éstas, pues, se juntó Salomón con amor”, 1 Reyes 11:1-2. “¿No pecó por esto Salomón? Aun a él le hicieron pecar las mujeres extranjeras”, Nehemías 13:26.
El yugo desigual destruyó la espiritualidad de Salomón y le condujo a la ruina.
El rey Josafat fue causa de otra tristeza en el caso de su hijo Joram. Este se casó con la hija de Acab y Jezabel, llamada Atalía. Todo empezó con la amistad entre estas familias. “Después de algunos años descendió a Samaria para visitar a Acab; por lo que Acab mató a muchas ovejas y bueyes para él y para la gente que con él venía”, 2 Crónicas 18:2. 
Joram era un joven de 17 años cuando conoció aquella muchacha. Sin duda ella se adornaba como su mamá, con los ojos pintados con antimonio y la cabeza ataviada, 2 Reyes 9:30. Dios nos indica que toda la familia era impía, y el joven se casó con una impía. Le parecía, quizá, que era mariposa inocente, pero resultó ser como una tigra. Durante su vida Joram perdió su familia en manos del enemigo como tantos hijos de los yugos desiguales se pierden. También perdió sus bienes y su salud, 2 Crónicas 21:17-18. 
La disciplina del Señor cayó sobre él. Después de su muerte, su esposa mató toda la descendencia real. Era mujer de sangre, como su madre Jezabel. ¡Qué los jóvenes no se dejen engañar por las “mariposas”!
La Biblia sigue dando ejemplos tristes una vez vuelto el remanente de Babilonia. “El pueblo de Israel y los sacerdotes y levitas no se han separado de los pueblos de las tierras… porque han tomado de las hijas de ellos para sí y para sus hijos, y el linaje santo ha sido mezclado con los pueblos de la tierra; y la mano de los príncipes y de los gobernadores ha sido la primera en cometer este pecado”, Esdras 9:1-2.
Pasada una generación, se repitió el pecado. El sacerdote Eliasib había emparentado con Tobías (un amonita) y le había hecho una gran cámara, Nehemías 13:4. Nehemías sacó fuera a Tobías de la casa de Dios.
Pero el mal ejemplo de Eliasib ya había conducido al pueblo a hacer lo mismo. “Vi asimismo… a judíos que habían tomado mujeres de Asdod, amonitas, y moabitas; y la mitad de sus hijos hablaban la lengua de Asdod, porque no sabían hablar judaico”, Nehemías 13:23-24. Esto demuestra un resultado común del yugo desigual. Por falta de acuerdo en las cosas del Señor de parte de los padres, los hijos se crían aprendiendo el lenguaje del mundo en vez de la Palabra de Dios.

Los animales como ilustración.
La Biblia nos ayuda a discernir entre el yugo igual y el desigual. En los casos de la naturaleza, las Escrituras describen las características de los animales limpios y los inmundos. En Levítico 11:3 al 8 leemos de tres distintivos del animal limpio:
(1)   de pezuña hendida
(2)    rumiante
(3)   herbívoro.
Son ilustraciones de cosas espirituales. El animal de pezuña hendida deja su huella de dos cascos, uno separado del otro, como hacen el buey, la oveja y la cabra. O sea, deja una marca de separación. Al contrario, el asno y el caballo dejan una huella de un solo casco, y los animales carnívoros dejan las huellas de sus zarpas. Son marcas distintivas. 
Pero hay otras huellas confusas. El cerdo deja la huella separada, porque tiene pezuña hendida, pero no es rumiante; es animal inmundo en la estima bíblica. Es una ilustración de la persona que profesa ser cristiana pero no es renacida. Lleva las huellas del cristiano en su andar en el sentido que no es mundana en su comportamiento y asiste a los servicios en el templo con reverencia.
Pablo advierte en cuanto a los que “tendrán la apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella”. Y agrega: “a éstos evita”, 2 Timoteo 3:5. Por fuera parecen ser santos pero en secreto tienen la misma naturaleza no convertida.
Entonces no basta una sola evidencia de ser hijo de Dios. La huella de por sí sola no es prueba.

Debemos considerar otras evidencias también.
Los animales limpios son herbívoros, o sea, comen hierbas, paja y granos. Todos los animales carnívoros son clasificados como inmundos en Levítico, comen carne. Pero la vaca no tiene gusto por la carne, y esto es una ilustración del apetito espiritual. Al inconverso le agradan las cosas de la carne, las que Gálatas 5 tienes lista como adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras y orgías. 17 en total.
Estos apetitos demuestran el carácter de una persona. El creyente tiene su apetito natural controlado por el nuevo nacimiento. Si alguno está en Cristo, nueva criatura es, y los deseos carnales están dominados por los deseos de la nueva naturaleza. El renacido desea la Palabra de Dios, de la cual la semilla es ilustración.
Una tercera característica del animal limpio es que rumia.  Posee varias cavidades en el estómago. Después de comer, vuelve a pasar la comida desde la panza hasta la boca, para masticarla otra vez antes de tragarla y pasarla al cuajar. Esta acción, según el diccionario, es figura de pensar despacio y con madurez una cosa. Espiritualmente, es figura del meditar, digerir y obedecer la Palabra de Dios.
En la gran mayoría de los casos el religioso que no es renacido lee la Biblia por costumbre o como una formalidad, algo así como el católico romano lee su misal. No es por gusto o aprecio espiritual. El creyente, al contrario, recibe las Escrituras de corazón, meditando y aplicando sus mensajes a sus hechos. El cristiano falso oye la Palabra de Dios pero es oidor no más, engañándose a sí mismo. El verdadero es como el rumiante, y luego obedece.
Cuando una persona no obedece la Palabra de Dios, se da la sospecha de que puede ser como el camello. “El camello, porque rumia pero no tiene la pezuña hendida,  lo tendréis por inmundo”, Levítico 11:4. Tiene la apariencia de animal limpio, igual como aquel que oye con cuidado la Palabra. Pero no tiene la pezuña hendida, así como aquel que no obedece la Palabra para que ella produzca una vida separada del mundo y apartada del pecado.
Una de las bendiciones mayores para conservarnos en la santidad es el yugo igual; “libre es para casarse con quien quiera, con tal que sea en el Señor”, 1 Corintios 7:39. Quizá hay una diferencia entre “en Cristo” y “en el Señor”. Todo creyente está en Cristo, pero “en el Señor” se aplica más a aquellos que reconocen con obediencia y sumisión que Él es su soberano Señor.

Porque nos involucramos en las cosas de este mundo.
1) Nos involucramos en las cosas de este mundo, por la poca importancia que a veces damos a nuestro título como hijos de Dios, como príncipe del Señor y como coheredero con Cristo. Génesis 25:29-34 nos dice que Esaú olvidado de la importancia que tenia su primogenitura la vendió a Jacob por un simple plato de comida. Su olvido no era porque no recordaba lo que era, si no mas bien porque no le daba importancia al significado de lo que era. Él olvidó de la importancia y el valor que tenia el ser el primero en la familia de la promesa. No obstante a esto en el capitulo siguiente, es decir el 26 del mismo génesis, en su versículos 34 y 35 se nos dice que Esaú le amargo la vida a sus padres, Isaac y Rebeca, porque tomó mujeres de las hijas de Canaán, y no una sino que tomó dos mujeres como para terminar de llenar la copa de amarguras de sus padres, que sin dudas ya le habían advertidos y a la vez aconsejados que no tomaran esas mujeres como esposas porque esos pueblos no servían al Dios que se le apareció primero a su padre Abraham y que luego se le apareció al mismo Isaac.
2) Nos involucramos en las cosas de este mundo, cuando seguimos el camino de la curiosidad que nos conducen hacia las cosas no espirituales.
En el capitulo 3 de génesis leemos que Eva se encontraba de curiosa contemplando el Arbor del bien y el mal, del cual Dios le había dicho que no coman que ni siguieran pusieran sus manos en el, pero Eva guiada por la curiosidad estaba contemplando lo apetitoso y hermoso que se veía dicho árbol, cuando Satanás le indujo a pecar contra Dios, viniendo sobre ellos y sobre toda la humanidad el castigo de su desobediencia.
Dina  la hija de Jacob fue violada por un incircunciso, trayendo vergüenza a su familia, por querer satisfacer la curiosidad de cómo vivían los vecinos suyos, (génesis 34:1-7). La biblia dice que ella Salió a visitar, es decir, a hacer amistades con las muchachas hijas de incircuncisos. La amistad con inconversos solo trae consecuencias peligrosas. Si dejamos que el inconversos nos guíe, lo más probable es que no llevé a lugares incierto para nosotros.

¿Debería casarse o tener relaciones amorosas un creyente con una persona no Cristiana?

Esa es la pregunta que constantemente se escucha entre los jóvenes. La respuesta es: No. Un cristiano(a) no debería tener citas o casarse con un no creyente:
Desafortunadamente, muchos cristianos esperan que ellos (as) puedan convertir la persona que él /ella está viendo o con la que quieren casarse. Con frecuencia piensan que su espiritualidad es lo suficientemente fuerte para que así testifiquen o motiven a la otra persona a convertirse a través de su paciencia y amor. ¿Por qué ellos piensan esto? Puede haber tres razones: Ellos(as) aman a la persona y están emocionalmente ciegos, son ingenuos o no conocen la Palabra de Dios.
Esto podría sonar duro pero algo tan serio como el matrimonio con un no creyente necesita ser tratado con propiedad y directamente. No estamos para comprometer la voluntad de Dios y poner en riesgo nuestro bienestar espiritual. Todo lo que necesitamos hacer es mirar el Nuevo Testamento para ver por qué Dios dice que no nos casemos con no creyentes. Esto fue lo que Dios le dijo a los Israelitas:
“Cuando Jehová tu Dios te haya introducido en la tierra en la cual entrarás para tomarla, y hayas echado de delante de ti a muchas naciones, al heteo, al gergeseo, al amorreo, al cananeo, al ferezeo, al heveo y al jebuseo, siete naciones mayores y más poderosas que tú, y Jehová tu Dios las haya entregado delante de ti, y las hayas derrotado, las destruirás del todo; no harás con ellas alianza, ni tendrás de ellas misericordia. Y no emparentarás con ellas; no darás tu hija a su hijo, ni tomarás a su hija para tu hijo. Porque desviará a tu hijo de en pos de mí, y servirán a dioses ajenos; y el furor de Jehová se encenderá sobre vosotros, y te destruirá pronto.” (Deuteronomio  7:1-4).
La razón de no casarse con un no creyente es que él/ella puede influir para que Usted se aleje del Señor. No sea tan ingenuo de pensar que “Usted” nunca caerá. Esto sucede todo el tiempo.
Piense en esto: usted esta enamorado(a), su pareja pues no cristiano, quizás a su pareja no le gusta todo lo del mundo, supongamos el licor, el cigarrillo, o cualquier otra cosa que tienen muchas personas como los únicos pecado que Dios aborrece,  sin embargo no es solo eso lo pecado que Dios aborrece

Los Hijos
Si Usted se casa con una persona no creyente y tiene hijos, ¿cómo se verá afectada la espiritualidad de ellos si sus padres están divididos por cosas espirituales? ¿Será esto de ayuda o de estorbo para su salud espiritual? Obviamente, esto será un estorbo.
Desafortunadamente, demasiadas persona no tienen en cuenta tan seria situación acerca de los hijos, su destino eterno y aún el de ellos mismos. Sin embargo, a causa del “amor” y debido a que ellos escuchan su corazón en vez de la Palabra de Dios, muchas personas de todas formas se casan con no creyentes; y con frecuencia, sufren consecuencias nefastas.

¿Y si Usted ya está casado(a) con una persona no creyente?

Si Usted ya está casado(a) con una persona no creyente entonces, lo que Usted necesita hacer es amarlo(a) lo mejor que pueda, establecer un buen ejemplo como Cristiano y orar por la salvación del esposo/de la esposa. Usted no puede abandonar a su pareja, a menos que exista abuso físico, adulterio o si es abandonado(a). Es necesario permanecer en la relación; busque al Señor.

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